jueves, 31 de mayo de 2012

¿UN OBSERVATORIO ASTRONÓMICO RUPESTRE EN EL SALVADOR?

Estas líneas son un breve recuento de una investigación que lleva poco más de un año en lo que a los megalitos respecta, si bien la indagación de la zona en busca de vestigios rupestres lleva más de dos. Los “links” que siguen muestran cómo ha ido avanzando y desviándose del plan original. 
Nuestro esfuerzo tiende actualmente a probar que los megalitos de Corinto, Morazán, no son obra de la naturaleza sino obra humana y que contienen observación astronómica.Yo iba a Corinto, enviado por la Dirección de Investigaciones de la Secretaría de Cultura (DNI), para hacer un estudio sobre arte rupestre que ha dado frutos, pero desde el año pasado he limitado mi atención a los megalitos. Estos consisten en su mayoría en grandes piedras situadas sobre otras que les sirven de mesas, apoyándose en dos puntos, y hay una notable concentración en una zona próxima a la cueva. Para decir exactamente cuántos son sería necesaria una fotografía aérea, pues lo accidentado del terreno y el hecho de que se hallen en fincas privadas dificulta establecerlo desde el suelo. No hemos obtenido esa foto hasta ahora. Los mapas de Google tienen un extraño rectángulo lechoso encima de Corinto. Nos hemos concentrado por de pronto en una altiplanicie donde se encuentra una docena, aunque hemos visto otros en los alrededores. Lo primero que pensé al ver las dos alineaciones que pueden contemplar en las fotografías fue que correspondían al cinturón o a la espada de Orión. A solicitud mía llegó el profesor en astroarqueología Jorge Colorado, quien daba esa materia en la Universidad Tecnológica. Sus observaciones y cálculos apuntaron más bien hacia indicadores solares. Por intervención suya llegó más adelante el Master en Ciencias Luis Castillo, profesor de geofísica en la Universidad Nacional, al cual no habíamos informado de nuestras sospechas. Nuestra intención era saber si eso es natural o no. Él opinó que los megalitos no solamente son obra humana sino que quienes los crearon primero intervinieron las bases para aplanarlas. La nubosidad y las lluvias impidieron registrar el solsticio de verano y el equinoccio de otoño de 2011, pero las fotos del siguiente solsticio y el siguiente equinoccio parecen confirmar que estamos ante un observatorio astronómico rupestre que registra los ocasos de esas fechas.Han estado también con nosotros en el sitio otros dos miembros de la Asociación Salvadoreña de Astronomía ASTRO (Jorge también lo es), Ramón Rosell y Ricardo Levy, quien la preside. Rosell, hizo más adelante una exposición de sus cálculos y observaciones ante los miembros de la DNI. Dos megalitos de la principal alineación, señaló, se sitúan perpendicularmente bajo Marte y Venus  durante los equinoccios. Uno de los presentes lo cuestionó: el cielo no sería igual siete mil o diez mil años atrás. Respondió que eso era válido para las estrellas fijas pero que para los planetas la diferencia viene siendo insignificante.





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